
Imagínate que, como profesional, quieres seguir evolucionando. Quizás te has propuesto promocionar, o modelar tu estilo de liderazgo o, quizás, simplemente hacerlo cada día algo mejor; porque quieres conseguir desafíos que te has fijado, porque deseas sentirte a gusto contigo mismx o porque te apetece contribuir a (añade aquí tu opción).
Lo esencial: no repetir lo que ya vienes haciendo.
Sea lo que sea aquello que anhelas, lo que te mueve a asomarte más allá de tu zona de confort, va a requerir de algo esencial: no repetir lo que ya vienes haciendo. O, al menos, dejar de repetir ciertas cosas.
Lo que te propongo es que elijas qué quieres repetir y qué decides soltar del pasado. Nada más (ni nada menos) que instarte a que tomes las riendas y que proyectes con consciencia y valentía aquello que te gustaría transitar en ese futuro que ya está a las puertas. Y eso pasa, irremediablemente, por no repetir. Porque si no, el resultado ya lo sabemos: más de lo mismo.
Si compras la idea, te sugiero un sencillo ejercicio en tres pasos. Bueno, lo de “sencillo” es un decir...así que ¡ánimo! si tomas mi reto. Te aseguro que merece la pena.
Dejar de repetir el pasado en tres pasos.
En primer lugar, te invito a que reflexiones sobre qué no volverías a permitir en tu vida profesional. Me refiero a esas intrusiones que nos provocan dolor. Afectaciones que vienen de afuera y las sufrimos adentro nuestro. Dicho de otro modo, cosas que pasan fuera que te tocan por dentro. Por ejemplo, que me falten al respecto, que no consideren mis puntos de vista o aportaciones, que me ignoren, etc.
La siguiente reflexión tiene el sentido contrario. Se trata de identificar con honestidad aquello que no quiero volver a hacer. Es la expresión de algo que nace en nuestro interior y que se proyecta afuera, causándonos dolor.
Algún ejemplo: la envidia malsana que tuve hacia un colega y que destrozó nuestra relación, la discriminación que hice a tal persona, etc.
Y aquí viene la más dura de las tres. Inventariar cómo yo me destruyo a mí mismx haciendo lo que hago. Un dolor que nace dentro y que se clava muy adentro.
Tendría que ver con la desvalorización o desprecio hacia mis propias capacidades, con la sumisión, con el tirar la toalla por miedo, etc.
"Asomarte más allá de tu zona de confort, va a requerir de algo esencial: no repetir lo que ya vienes haciendo".
Para que no resulte un proceso indigesto, te sugiero que te centres en una sola opción de cada uno de los tres pasos.
Hecha la elección, cuando estés desarrollando tu plan de acción -tu proyección hacia el futuro-, chequea que estos tres aspectos no aparecen en escena, que ya no son una zancadilla en tu despliegue como profesional. De esta forma, sales del patrón de repetición y te sumerges en una nueva posibilidad.
Honestamente, no es un ejercicio fácil, pero el resultado amerita el esfuerzo.